jueves, 26 de enero de 2012

Enésimo Intento de Escape

Una oruga se arrastra lentamente en mi habitación y mi habitación sólo existe en mi interior. Un demonio llama a otro demonio y juntos acechan por la ventana la parte suave de mis sueños que me cuida del zumbar constante de la locura, pero a la vez ese zumbar despierta mis pesadillas también constantes. No es como una oruga que inventé, atrapada en una cajita de fósforos, sino como un ser extraño, monstruoso, sin forma, con nombre de oruga, uno diferente a las orugas que habita en cada uno de nosotros, éste sólo tiene nombre de oruga y me atrapa en un cumulo de luces nuevas que se proyectan desde el televisor.

A estas alturas oigo el sonido de la escarcha que cae y no siento la gravedad.

−Afuera no hay nadie, ni nada−. Grita como si fuera una orden, el cumulo absurdo de luz. En esta noche que no es libre, que está enjaulada en la fina lluvia de alfileres y la bruma desesperada de la soledad.

–Es que así se vive mejor. Dice otra voz.

−Ya duérmete, me dice la habitación y su eco resuena en espiral hasta mis miedos.

Me pongo de cuclillas y otra vez me mantengo despierto hasta hoy que es otro día, en el mismo lugar en esta habitación que sólo existe en mí.


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