sábado, 10 de diciembre de 2011

El sábado de invito un poquito de locura

L no sabe que su ausencia me dejó un enorme hoyo en el pecho, que sirve también para guardar muertos y conservar la tristeza tal y como ella quiere, porque cuando L no tiene nada para mí es un poco como desaparecer, pero aun así L oscila invisible alrededor mío, incluso dentro de mis huesos, también en la lejanía, otras veces en el recuerdo, casi en todas partes y de todos los modos.

Hoy es emocionante para mí hasta, aun luego de hoy.

-El sábado te invito un poquito de locura. Me dijo. Resumiendo su sencilla sonrisa.

Me conmueve pensar en la locura, porque todavía deliro y la razón me funciona como un avión de caza a punto de caer. Todo eso, bajo la sombra de la rareza y la autodestrucción.

El sábado tendré un poquito de locura de L y sobre todo la veré.


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